foto El 18 de julio de 1988, el Gobierno de la República de Panamá, a través de su Cancillería, le concedió la Orden Vasco Núñez de Balboa al Honorable Nelson Mandela, por su digna lucha contra el sistema segregacionista del Apartheid, que para entonces aun imperaba en Sudáfrica. La distinción cobró mayor mérito y relevancia por cuanto al momento de su otorgamiento El Madiba, como cariñosamente se le conoce, se encontraba injustamente encarcelado, por más de 25 años, precisamente por su inquebrantable oposición al oprobioso régimen social que separaba a los surafricanos sobre la base del color de la piel…

Panamá se convirtió así en el segundo país de América Latina en imponer una distinción nacional a Mandela en su ausencia. Venezuela ya había hecho lo propio. Correspondió al Embajador Neo Mnunzama, Representante del Congreso Nacional Africano (ANC) ante las Naciones Unidas, recibir la condecoración en un muy concurrido acto solemne celebrado en el Centro de Convenciones Atlapa.

El alto reconocimiento que la República de Panamá le dispensó a quien posteriormente fuera galardonado con el Premio Nobel de la Paz, resultó de una Jornada Nacional por la Liberación de Nelson Mandela que se desarrolló en todo el país, auspiciada por el Centro de Información de Naciones Unidas-Panamá (CINUP), el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá, y el Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (CELA), coordinada por el Prof. Gerardo Maloney, el Dr. George Priestley (q.e.p.d.) y este, su servidor.

Hoy, como ayer, Nelson Mandela está en nuestros pensamientos y nuestros corazones.