Dorothy Height murió el pasado martes 20 de abril, a los 98 años. En la lucha por la igualdad racial, fue una cercana colaboradora de Martin Luther King.

 

 

PERSISTENTE. Dorothy Height defendió toda su vida no solo los derechos de la gente de color, sino también los de las mujeres. AP/David Kohl1367364

 

 

HERMES SUCRE SERRANO
hsucre@prensa.com

 

Hay tres maneras efectivas de luchar por la justicia: “agitar, agitar, agitar”. Así pensaba Dorothy Height, una de las líderes por los derechos civiles en Estados Unidos y presidenta emérita del Consejo Nacional de Mujeres Negras.

 

La llamada “abuela del movimiento femenino” murió el pasado 20 de abril a los 98 años en el Hospital Universitario Howard, en Washington.

 

La activista DeLores Tucker, defensora de los derechos de los afroamericanos, comentó en una ocasión: “si Rosa Parks era la madre del movimiento por los derechos civiles, Dorothy Height es la reina”.

 

LA MISIÓN

En 1963, cuando Martin Luther King pronunció su discurso “Tengo un sueño”, en las escalinatas del monumento a Lincoln, muy cerca del malogrado líder estaba Dorothy. Un artículo publicado en El País de España indica que después del discurso, Heigth se sintió decepcionada porque ninguna mujer hablara en favor de los derechos de las mujeres.

 

La agencia EFE publicó que los años de militancia de Height datan desde la presidencia de Franklin Delano Roosevelt (1882-1945).

 

Nació en Richmond (Virginia) en 1912 y se crió en Rankin (Pensilvania). Comenzó su militancia por los derechos civiles en 1933, cuando tomó el liderazgo del Movimiento de Jóvenes Cristianos Unidos. Hizo muchos esfuerzos para acabar con los linchamientos de negros, por la igualdad racial en Estados Unidos y por la segregación racial en las fuerzas armadas. Alertó al presidente Dwight E. Eisenhower para que suprimiera la segregación en las escuelas. Con Lyndon B. Johnson, impulsó el nombramiento de mujeres afroamericanas en posiciones del gobierno.

 

INCLUSIÓN PLENA

Alberto Barrow, vocero del Comité Panameño Contra el Racismo, indicó que la muerte de Dorothy Height es sin duda una pérdida sentida, “no solo para los estadounidenses, sino para todos aquellos que han luchado, y los que seguimos luchando, en toda la diáspora africana por el pleno ejercicio de la ciudadanía”.

 

“La lucha por la inclusión plena en la sociedad panameña hoy día contiene, en su esencia, muchos de los valores por los cuales Dorothy Height entregó los mejores años de su vida, en la medida que nuestros esfuerzos están enderezados a vencer la exclusión social que, en el caso de la población afrodescendiente de Panamá, encuentra mucho de su sustento en el color de la piel”, agregó.

 

Comentó que el fallecimiento de Height encuentra a la población afropanameña en la víspera de un momento histórico: El Censo de Población y Vivienda que se desarrollará el domingo 16 de mayo de 2010, “donde seremos orgullosamente afrodescendientes”.

 

Los valores de Dorothy Height, añadió, se ven reflejados en Antón de Mandinga, William Preston Soute, Gumercinda Paez, Leroy Gittens, y muchos otros en Panamá.

 

En 1994, el presidente Bill Clinton concedió a Height la “Medalla Presidencial de la Libertad”, el mayor honor nacional. En 2004, recibió la “Medalla de Oro del Congreso”. Nunca se casó. Fue una mujer sencilla, cuyo trabajo fue discreto, sin búsqueda de protagonismo.

 

MUJER: AL FIN LA MAYORÍA DE EDAD

En un artículo titulado Las mujeres negras en la lucha por sus derechos, Matilde Ribeiro asegura que desde el punto de vista político, las mujeres negras han alcanzado su “mayoría de edad”.

 

Comenta Ribeiro que, como resultado de importantes conferencias internacionales, se puso en práctica el II “Plan de política para las mujeres”, que contempla las siguientes directrices generales: autonomía económica e igualdad en el mundo del trabajo con inclusión social; educación inclusiva, no sexista, no racista, no homofóbica y no lesbofóbica; salud de las mujeres, derechos sexuales y derechos reproductivos; lucha contra todas las formas de violencia contra la mujer y participación de la mujer en espacios de poder y decisión. También se han ganado batallas contra el racismo, junto con otro tipo de discriminaciones, como el machismo, el adultocentrismo y la homofobia.