La Cuarta Conferencia Mundial de Mujeres produjo la declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (PAM), un paradigma integral sobre los derechos humanos de las mujeres que avizoró la transformación de las relaciones de poder. Ésta fue una visión global de justicia social, igualdad, desarrollo y paz. A  quince año la PAM pareciera ser considerado por los gobiernos sólo como un instrumento técnico, se ha despolitizado y se ha diluido su contenido.

La estrategia puesta en marcha de transversalización de género ha perdido su perspectiva crítica y su propósito transformativo en las relaciones de poder e inequidad.

Las organizaciones de mujeres han sido la fuerza impulsora detrás del proceso de Beijing. Observamos el énfasis repetido del Secretario General sobre la importancia de la sociedad civil al trabajo de la ONU, particularmente en lo referente al logro de los derechos de las mujeres. Como representantes de tales organizaciones estamos profundamente preocupadas de que esos espacios de toma de decisión construidos por las organizaciones de mujeres, en la Revisión Beijing +15  han sido significativamente reducidos. Por lo que manifestamos que:

– La declaración en el marco del décimo quinto aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre Mujeres fue acordada previamente y será adoptada sin consultar a la sociedad civil.

– La ausencia de información sobre las oportunidades para que la sociedad civil incida en la conducción y resultado de las Reuniones de la CSW y su declaración.

– Logística e instalaciones pobres han evitado la participación eficaz de las mujeres.

La presencia de una reunión tan enorme de mujeres ha sido utilizada como instrumento para legitimar una declaración vacía.

Éste es otro ejemplo de la reducción de espacios críticos entre los gobiernos y la sociedad civil.

La 54va sesión de la CSW fue pensada como oportunidad de revisar el progreso y puesta en marcha de la PAM. Sin embargo, al no reafirmar fuertemente las acciones para renovar, concretar y destinar recursos para su implementación,  la declaración representa un paso hacia atrás.

La declaración parece resaltar el progreso e ignora la lentitud y parcialidad de la implementación. Subestima la magnitud y tipos de desafíos que continúan teniendo las mujeres en sus múltiples identidades, incluyendo la persistencia de todas las formas de violencia contra mujeres. Falla también al no considerar cambios en los contextos globales y locales. El contexto actual de crisis múltiple–como las crisis alimentaria, energética, de cambio climático, económica y financiera– nuevas formas de inseguridad, nuevas modalidades de la ayuda, la internacionalización de conflictos, perpetuación de la feminización de la pobreza y la continua lucha alrededor de los temas de salud de las mujeres incluyendo la salud y derechos sexuales y reproductivos y el VIH/SIDA, han creado retos que no estaban presentes hace 15 años.

Por esta razón, hacemos un llamado al Secretario General, a la Presidencia de la CSW y a los Estados miembros a aprovechar las oportunidades asociadas a las negociaciones globales próximas en lo referente a la reunión especial de Alto Nivel del Comité Económico y Social (ECOSOC) con las instituciones de Bretton Woods, la Organización Mundial del Comercio y la CNUCD/UNCTAD y en la  Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para recuperar la naturaleza transformativa del PAM al:

  • Reafirmar que la Plataforma de Acción es el marco de derechos humanos crítico e integral que requiere de ser implementado plenamente como prerrequisito en la implementación de las MDGs.
  • Asegurar que la sociedad civil, incluyendo las organizaciones de mujeres, participen significativamente impulsando las mujeres jóvenes como los futuras líderes de estos procesos.
  • Comprometiéndose con un marco de rendición de cuentas para la PAM con plazos y metas concretas.
  • Asegurar el financiamiento adecuado para las políticas de igualdad de género, y para los programas y mecanismos institucionales  y las organizaciones de derechos de las mujeres, poniendo en práctica, entre otros, la declaración de Doha 2008 sobre Financiamiento para el Desarrollo, que contiene compromisos fuertes y concretos sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
  • Proteger los espacios de definición de políticas públicas de los países para que ellos puedan determinar con flexbilidad sus formas de desarrollo de una forma consistente con los derechos humanos universales de las mujeres y los acuerdos globales.
  • Crear en el 2010 una Entidad de Igualdad de Género y Derechos de las Mujeres de la ONU fuerte fuerte, con una fuerte capacidad operativa en el terreno y con la habilidad de hacer que la ONU rinda cuentas y que tenga mecanismos fuertes que aseguren una participación significativa de la sociedad civil, tal y como ha sido apoyado y articulado por a Campaña GEAR (Reforma de la Arquitectura de Igualdad de Género de la ONU).