I CUMBRE DE LIDERESAS AFRODESCENDIENTES DE LAS AMERICAS

26 AL 28 DE JUNIO 2015, MANAGUA, NICARAGUA

CONSTRUIMOS JUNTAS IDENTIDADES y SOCIEDADES DIVERSAS E INTERCULTURALES.

Las lideresas afrodescendientes, mujeres provenientes de diversas comunidades y distintos países del continente americano y el Caribe, conscientes de nuestra responsabilidad como mujeres comprometidas, luchadoras y promotoras de los derechos de las mujeres y defensoras de los derechos humanos de los pueblos y sociedades latinoamericanas y caribeñas que representamos, así  como para con la comunidad internacional a la que pertenecemos, reconocemos la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Decenio Internacional de los y las Afrodescendientes 2015–2024, como la oportunidad histórica para crear mecanismos de diálogo y concertación política en  los 22 países de Latinoamérica y el Caribe dentro de la diversidad, la integración, la cooperación, la solidaridad y el desarrollo que nos permitan avanzar hacia sociedades y comunidades democráticas, libres, diversas, iguales, inclusivas, equitativas con justicia y paz.

 

En América Latina y el Caribe existen alrededor de 200 millones de personas que se identifican como descendientes de personas africanas; de la esclavitud han pasado a las ciudadanías formales de sus naciones y países donde se localizaron, sin embargo dichas ciudadanías no han garantizado la participación, la igualdad y la equidad.  Las mujeres hemos sufrido las discriminaciones de género sumada a la discriminación étnica, racial, sexual, política y económica, entre otras. No hemos dejado de luchar por nuestros derechos ya que las personas afrodescendientes seguimos siendo, junto a las personas indígenas, las más pobres y más marginadas. Aunque algunas mujeres afrodescendientes hoy ocupan cargos de decisión y son altas funcionarias de sus países, es necesaria la conciencia y el compromiso con nuestra identidad, así como la creación de mecanismos y las garantías de recursos para el avance de políticas públicas en contra de la discriminación racial y discriminación de género.

 

Las personas afrodescendientes aún sufren formas múltiples, agravadas y concomitantes de discriminación por otros motivos conexos, como género, edad,  sexo, orientación sexual, identidad de género,  idioma, religión, opinión política o de otro tipo, origen social, patrimonio,  distintas capacidades físicas y sensoriales, nacimiento y cualquier otro. La promoción y protección de los derechos humanos de las personas afrodescendientes debe ser un compromiso no sólo nuestro sino de los Estados y gobiernos de Latinoamérica y el Caribe, incluyendo aquellos países hacia donde migramos. La Declaración y el Programa de Acción de Durban reconocen que fuimos víctimas de la esclavitud, la trata de esclavos y esclavas y el colonialismo y que continuamos sufriendo sus consecuencias. El proceso de Durban realzó la imagen de las personas afrodescendientes y contribuyó a que se hicieran avances sustanciales en la promoción y protección de sus derechos como resultado de las medidas concretas adoptadas por los Estados, las Naciones Unidas, otros órganos internacionales y regionales y la sociedad civil. Pese a algunos avances sociales, el racismo y la discriminación racial, siguen manifestándose en la desigualdad y las desventajas, principalmente en las mujeres afrodescendientes.En este contexto, reunidas en Nicaragua, en la Primera Cumbre, los días 26, 27 y 28 de Junio de 2015, bajo el  lema “Afrodescendientes: Reconocimiento. Justicia y Desarrollo”, reiteramos nuestro compromiso por la igualdad, la equidad, la diversidad, la interculturalidad,  la paz, el desarrollo sostenible, el respeto a los derechos humanos, y contra todas las formas de racismo, reafirmando nuestra visión  de  América Latina y el Caribe como  una región de oportunidades para todos y todas.Acordamos por ello:

1.       Retomar los Objetivos específicos del Decenio Internacional de los y las afro descendientes proclamado por Naciones Unidas referidos a: i)Promover el respeto, la protección y la realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de los y las afrodescendientes, como se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos Universal; ii) Promover un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de la herencia y la cultura de los y las afrodescendientes y de su contribución al desarrollo de las sociedades; iii) Aprobar y fortalecer marcos jurídicos nacionales, regionales e internacionales de conformidad con la Declaración y el Programa de Acción de Durban y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, y asegurar su aplicación plena y efectiva.

2.       Impulsar la continuación de la incidencia y participación en el Sistema Interamericano de la Organización de Estados Americanos, fundamentalmente en la promoción y fomento de capacidades de las mujeres afrodescendientes y su  protagonismo en el desarrollo de los países.

3.       Retomar el acuerdo 4 de la CELAC de enero 2015 que cita: “Fomentar la igualdad y la equidad de género implementando acciones para su incorporación como ejes centrales y transversales de las políticas públicas y de las acciones de los Estados, especialmente dirigidas a promover el empoderamiento de las mujeres y la igualdad efectiva, desde la diversidad y tomando en cuenta todas las etapas del curso de vida; en particular, el acceso al trabajo decente, a la educación de calidad, a las tecnologías de la información y comunicación, a la salud, a vivir libres de todo tipo de discriminación y violencia, a participar de manera paritaria en los puestos de toma de decisiones en todos los poderes del Estado a sus diferentes niveles, incluidos los gobiernos regionales y locales, como factores determinantes para consolidar la democracia y avanzar hacia un modelo de desarrollo más participativo, inclusivo y respetuoso de los derechos de las mujeres, lo anterior, tomando en consideración el trabajo articulado con la sociedad civil, las organizaciones sociales y el sector privado; y su respectiva asignación presupuestaria para el desarrollo e implementación de las políticas públicas para la igualdad.” Igualmente incidir en los mecanismos regionales como ALBA-TCP, UNASUR, MERCOSUR, SICA, CELAC y CAN.

4.       Demandar, exigir e incidir en los Estados y Gobiernos de la Región, para que integren las propuestas aprobadas en la Plataforma Política de la I Cumbre de lideresas afrodescendientes de las Américas en sus 17 ejes temáticos.

5.       Incidir en el cumplimiento de los mecanismos creados, y otros de revisión y seguimiento, que puedan surgir sobre la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, la Cumbre Internacional de Población y Desarrollo, la Convención sobre la Eliminación contra toda forma de Discriminación hacia la Mujer, (CEDAW), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), y la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia.

6.     Avanzar en el desarrollo e inclusión de indicadores de género, étnicos y de raza, en los censos, encuestas y otros instrumentos, que nos ayuden a tener mayor información desagregada sobre las condiciones de vida de las y los afrodescendientes, y en particular de las mujeres.

7.      Visibilizar la situación de exclusión social, económica y política de las mujeres afrodescendientes (niñas, adolescentes, jóvenes y adultas) para incidir en su inclusión en los mecanismos e instituciones que fortalezcan la democracia, a fin de promover su participación política en los Estados de la Región.

8.       Rescatar las luchas históricas de las mujeres afrodescendientes en la región que han sido inspiración para la organización y movilización de nuevas luchas en contextos diversos y cambiantes.

9.       Coordinar con la Cooperación Internacional para que fomenten la autonomía económica de las mujeres afrodescendientes mediante políticas, programas y proyectos de desarrollo.

10.     Impulsar la creación del Fondo Especial para la población afrodescendiente, por la Organización de las Naciones Unidas, con un reconocimiento y visibilidad especial de las mujeres.

11.     Crear un observatorio para el seguimiento de la plataforma política aprobada en esta primera Cumbre, en los 22 países donde tiene presencia de la Red.

12.     Realizar dentro de cinco años, en la mitad del decenio, la Segunda Cumbre de lideresas afrodescendientes de las Américas, para ver lo avanzado en los objetivos de nuestra plataforma política.

En Managua, Nicaragua, a 27 de junio de 2015.